martes, 20 de julio de 2010

Record de levantamiento cortical en campos de hielo sur en Chile debido a la compensación isostática del derretimiento de los glaciares.


No figura en los récords de Guiness, pero Chile es el país donde los científicos han medido el mayor levantamiento de la corteza terrestre del que se tenga conocimiento en el mundo. ¿Dónde? En el Campo de Hielo Patagónico Sur, al norte del monte Fitz Roy.
"Al retirarse un glaciar que tenía antes varios cientos de metros de espesor más que ahora, se libera a la corteza terrestre de una carga importante, y eso produce lo que conocemos como levantamiento isostático o levantamiento post-glacial de la corteza", explica Gino Casassa, glaciólogo del Centro de Estudios Científicos (CECS) de Valdivia, quien investiga en Alemania con una beca de la fundación Alexander von Humboldt con geodestas de la Universidad Tecnológica de Dresden, en el marco de un proyecto de la Sociedad Alemana de Investigación (DFG).
Los expertos realizaron mediciones en varios puntos en la zona de los hielos patagónicos, llegando a registrar un levantamiento de 39 milímetros por año, a la fecha el mayor del mundo. El récord anterior lo tenía Alaska, con 32 milímetros por año.


A través de los estudios se busca reconstruir el pasado y conocer mejor la historia geológica y la interacción de la corteza terrestre con los glaciares y el subsuelo, que afecta la geomorfología a lo largo de los años.
Por otra parte, los estudios pueden aportar información valiosa para predecir variaciones en el nivel del mar. En todo el mundo dicho nivel aumenta tres milímetros por año, producto de dos fenómenos asociados al calentamiento global: la expansión térmica del océano (se calienta la atmósfera y por ende también aumenta la temperatura del océano, éste se expande y sube de nivel) y el derretimiento de los hielos, cuyas aguas van a dar al mar por distintos cauces.
Si se considera el colapso parcial de algunos sectores de Groenlandia y la Antártica, el aumento del nivel del mar podría ser de más de un metro hacia fines de siglo, lo que provocaría consecuencias graves en sectores costeros del mundo, incluyendo Chile, Bangladesh, el estado de Florida en Estados Unidos, los Países Bajos, y otros.
"Lo que puede ocurrir es que si un sector de la corteza se está levantando, contrarreste el aumento del nivel del mar; incluso en algunos sectores en particular éste podría disminuir. Estas serían buenas noticias para los sectores costeros afectados por el levantamiento isostático", detalla el experto.


Extracto de El Mercurio, 20 de julio de 2010



sábado, 10 de julio de 2010

Eclipse solar total este 11/7/2010 en Sudamérica




Eclipse de Sol

Los eclipses totales de Sol tienen lugar cuando la sombra de la Luna alcanza la Tierra. En algún momento, cuando la Luna pasa entre la Tierra y el Sol, su sombra no alcanza la Tierra. En esos momentos tiene lugar un eclipse anular durante el que aparece un anillo brillante del disco solar alrededor del disco negro de la Luna.
La duración máxima de un eclipse total de Sol es de unos 7,5 minutos, pero estos eclipses son raros y sólo tienen lugar una vez cada varios miles de años. Un eclipse total, normalmente, se puede ver durante unos tres minutos desde un punto en el centro del recorrido de su fase total.
En áreas fuera de la banda barrida por la sombra de la Luna, pero dentro de la penumbra, tienen lugar eclipses parciales y el Sol sólo se oscurece parcialmente.
Al principio de un eclipse total, la Luna comienza a moverse a través del disco solar aproximadamente una hora antes de su fase total. La iluminación del Sol disminuye gradualmente y durante la fase total (o cerca de ella) declina a la intensidad del brillo de la luz de la Luna. Esta luz residual la produce en gran medida la corona del Sol, la parte más exterior de la atmósfera solar. Cuando la superficie del Sol se va estrechando hasta una pequeña franja, se hace visible la corona. Un momento antes de que el eclipse sea total, en esta franja destellan brillantes puntos de luz llamados perlas de Baily. Estos puntos son producidos por los rayos del Sol al atravesar los valles y las irregularidades de la superficie lunar. Las perlas de Baily son también visibles en el momento que finaliza la fase total del eclipse (reaparición). Exactamente un momento antes, un momento después y algunas veces en la fase total se pueden ver estrechas bandas de sombras en movimiento sobre objetos en la superficie terrestre. El origen de estas bandas de sombra no se conoce con exactitud, pero se piensa que están producidas por la refracción irregular de la luz en la atmósfera terrestre. Antes y después de la fase total, un observador situado en una colina o en una aeronave puede ver la sombra de la Luna moviéndose en dirección Este a través de la superficie de la Tierra como la sombra de una nube pasando rápidamente.

Frecuencia de los eclipses

Si la órbita de la Tierra estuviera en el mismo plano que la órbita de la Luna, tendrían lugar dos eclipses totales durante cada mes lunar, un eclipse lunar por cada Luna llena, y un eclipse solar por cada Luna nueva. Sin embargo, las dos órbitas están inclinadas y, por tanto, los eclipses tienen lugar sólo cuando la Luna o el Sol están a algunos grados de los dos puntos, llamados nodos, donde se cruzan las órbitas.
Periódicamente, el Sol y la Luna vuelven a la misma posición relativa de uno de los nodos y como resultado de esto los eclipses se repiten a intervalos regulares.

Observación

Sólo durante un eclipse total de Sol se pueden analizar muchos problemas astronómicos. Entre ellos se encuentran el tamaño y la composición de la corona solar y la refracción de los rayos de luz al pasar cerca del Sol debido a su campo gravitatorio. El gran brillo del disco solar y la iluminación producida por el Sol de la atmósfera de la Tierra hacen imposible las observaciones de la corona solar excepto durante un eclipse solar. El coronógrafo, un telescopio fotográfico, permite la observación directa del borde del disco solar en todo momento. En la actualidad, las observaciones científicas sobre los eclipses solares son muy valiosas, especialmente cuando el recorrido del eclipse barre amplias superficies. Una red compleja de observatorios especiales puede proporcionar a los científicos datos que aumenten la información sobre cómo afectan a la atmósfera de la Tierra las pequeñas variaciones del Sol y mejorar así las predicciones de las erupciones solares.