Ante todo, debemos romper con los mitos que nos entregan los atrasados conocimientos aún presentes en el sistema educativo chileno, que aún enseñan a los niños que la tierra es un elipsoide -una esferera achatada en el ecuador producto de la deformación gravitacional-, y en el peor de los casos se enseña que la tierra es una esfera perfecta, a la usanza de Cristóbal Colón.
Pues bien, últimamente los científicos han descubierto mediante el poder gravitacional en diversos puntos de la tierra y en la deformación de las órbitas de los satélites, que la tierra no es ni una esfera ni un elipsoide, sino un GEOIDE, definida como "forma que tiene la tierra", asemejada a una papa amorfa o una pera, pues considerando medidas matemáticas se establece la imagen mostrada más arriba.
Tampoco se trata de tomar en cuenta a la tierra como si careciera de agua, hielo y vegetación, sino que representa una "tierra promedio", es decir, se considera el nivel de los mares sin afección de las mareas y en los continentes se considera el promeido entre el nivel del mar y la superficie. Esa es la verdadera forma de la tierra, este pequeño cuerpo del sistema solar...
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